“El
alpinista es quién conduce su cuerpo allá dónde un día sus ojos lo soñaron.”
Gaston Rébuffat
Gaston Rébuffat
Introducción
Las
montañas siempre han tenido un carácter sagrado en todas las razas y pueblos
del mundo, se han convertido en altares, en la morada de los dioses, y esta
fascinación ha llevado a muchos hombres a perder la vida por explorarlas en su un
afán de conquista y de superioridad sobre la naturaleza, pero las montañas son
sabias y le han enseñado al ser humano que para poder acceder a ellas se requiere
de preparación, y muchos no lograran entender todo aquello que en las montañas
vive, aquello que está más allá de los sentidos.
En su
libro Psicosíntesis: Ser transpersonal, Roberto Assagioli(1996) psiquiatra
italiano pionero en la psicología transpersonal refiere un capítulo al “alpinismo
psicológico” como un modo (ascendente) para acceder y explorar el superconsciente, que en palabras de Assagioli consiste en la elevación del “yo consciente” y por tanto, del área de la conciencia a
niveles más altos, hasta penetrar en esa zona que permanece ignorada porque
está por encima del nivel ordinario de nuestro conocimiento (p.35).
Esta
analogía utilizada por Roberto Assagioli “Alpinismo psicológico” me ha parecido
muy certera y me gustaría describir a través de mis experiencias la manera en
que yo he vivido esta exploración al superconsciente, haciendo mención sobre
los regalos que he recibido, los errores que he cometido, y el aprendizaje que
me han dado las montañas.
El camino hacia la cumbre
¿Qué es
lo que motiva al ser humano a ascender las montañas? Enlistaré las hechas por R. Assagioli
haciendo algunos comentarios a cada una.
a)
El
impulso por abandonar los niveles habituales de la vida psíquica, puede
consistir en una búsqueda y en una afirmación de superioridad que nacen del
deseo de desarrollar unas facultades mediante las cuales dominar a los demás:
es la “voluntad de poder” nietzscheana, la codicia por adquirir poderes
“mágicos” o superiores a los normales.
El ascenso a la cima más alta del
mundo “Everest” hoy en día se ha convertido en un trofeo comercial, cuyo precio
solo lo pueden alcanzarlo individuos muy adinerados que muchas veces no tienen
nada que ver con el montañismo, pero que gracias a su poder económico pueden
pagar y contratar un equipo que prácticamente hará todo por ellos, desde armar
los campamentos, médicos, cocineros, porteadores, etc. Al final lo que ellos
quieren es tomarse la foto que demuestre que estuvieron ahí, y se convierta en
una credencial más de lo mucho que pueden obtener.
En otros casos el dinero no es un
factor decisivo, pues el móvil del alpinista es demostrarse o demostrar a otros sus capacidades físicas y mentales,
eso los infla y les otorga la experiencia de vivir en un peldaño diferente a
los mortales, constantemente están sumando objetivos para situarse como el
mejor, como el inalcanzable, como el superhombre.
b)
Evadirse
de la vida ordinaria o de la realidad común, considerada y sentida como
mezquina, triste, aburrida, y, en definitiva, insatisfactoria de un modo u
otro.
El alpinismo visto como un
escaparate, como una salida de emergencia, como un platillo nuevo dentro del menú,
como una canción inédita.
Muchas veces tomé la decisión
abrupta de dejar mis actividades, tomar mi mochila y retirarme a la montaña,
dejar de respirar el veneno de las ciudades, olvidarme de mi vida monótona, purgarme de mis círculos sociales y estar ahí solo, mirando las
estrellas hasta el cansancio.
c)
La
fascinación que ejerce directamente lo desconocido o lo extraordinario.
Siempre he creído que las
montañas se dan cuenta quien las visita y me pregunto si a ellas les gusta
recibirnos y que estemos ahí con ellas. Nunca sé lo que me tengan preparado la
montañas, no sé si les intereso, me gusta pensar que puedo encontrarme con nuevas
personas, hasta el hecho de ver a seres mágicos, ser abducido por
extraterrestres, o presenciar eventos naturales sorprendentes como una tormenta
eléctrica, una lluvia de estrellas.
“Quien
ha escuchado alguna vez la voz de las montañas, nunca la podrá olvidar”.
Proverbio Tibetano
Proverbio Tibetano
d)
La
atracción y fascinación por la aventura,
por las dificultades, por el riesgo en sí mismo, independientemente de los
resultados y las compensaciones.
Cuando voy a una montaña pienso
en tantas cosas que me pueden pasar, desde saber que puedo tener un accidente,
que me puedo perder, y aun así salgo buscando una dosis de adrenalina, muchas veces buscando nuevas rutas de
ascenso, a veces no es necesario si quiera llegar a la cima, pues lo emocionante
es estar ahí.
e)
La
seducción por lo que es realmente superior, por aquello que posee un valor más
alto de naturaleza genuinamente espiritual.
La
última vez que estuve en una cima no pude contener el llanto, tuve un
sentimiento de paz tan grande, que bajé mi mochila y por unos segundos pensé
que podía quedarme a descansar para siempre en ese lugar.
f)
Porque
están ahí.
Un último motivo lo acuño a la
respuesta que dio G. Mallory, leyenda
del montañismo cuando le preguntaron por qué quería escalar el Everest y él se
limitó a contestar: “Porque está ahí”
Después de conocer algunos de los motivos por
los cuales el hombre ha tratado de ascender a las montañas, hay que puntualizar
la preparación que se debe tener para que estas experiencias sean seguras y
bajo una estrecha relación simbólica con lo que puede ser un ascenso
psico-espiritual se debe ser prudente, y metódico para potencializar los
resultados y como dice Assagioli evitar graves desequilibrios psíquicos.
El
deporte del alpinismo, montañismo requiere de una preparación integral del individuo, no
solo física sino mental, se necesitan horas de caminata, conocimiento de
nuestro cuerpo, la aclimatización es esencial para evitar el mal de montaña, a
esto hay que sumarle la adquisición del equipo y vestimenta necesaria para las
diferentes actividades, y un conocimiento teórico sobre primeros auxilios,
topografía, alimentación, clima, etc.
Esta
actividad requiere de un guía, alguien que domine las técnicas y tenga conocimientos
teórico-prácticos, ya que muchas veces de este guía puede depender nuestra estabilidad e inclusive nuestra vida, por eso hay que tomarse el tiempo para
buscar y escoger el adecuado. En el ámbito psico-espiritual un guía sabrá cómo
evitarte una crisis, sabrá cuando acompañarte y cuando dejarte solo.
Ascender
a una montaña requiere de diferentes fases, y dependiendo del tipo de montaña
va requerir de diferentes herramientas, una de las cosas que he aprendido en
las montañas es que en cada etapa un puede encontrarse con grandes sorpresas,
buenas o malas, desde un café al calor de una fogata rodeado de amigos, hasta
noches oscuras, donde la soledad se acuesta a lado tuyo y no te deja dormir acariciándote
con sus manos frías cada parte de tu cuerpo, todo esto debe afrontar el
alpinista y debe saber controlarlo.
“Al
igual que existen diferentes vías para escalar una montaña, también hay
diversas «vías internas», adaptadas a los diferentes temperamentos y tipos
psicológicos, para subir por las laderas del superconsciente y entrar en
contacto con el Sí Mismo espiritual. Se puede seguir la vía mística, la vía del
amor, la vía estética expresada por Platón en su famosa escala de la belleza,
la vía meditativa, etcétera.” (Assagioli, 1996, p 42)
Lo anterior nos lleva
a explorar nuestro interior, conocer nuestras fortalezas y poner de manifiesto
nuestras habilidades, cada uno deberá basado en su preparación elegir la vía
que más le convenga para tener la oportunidad de acceder y mantenerse vivo.
Basándonos en la vía
meditativa que es la que utiliza mayormente el campo de psicosíntesis, encontramos
ciertas fases, la primera de ellas será lo que para el brujo Don Juan Matus¹ es “detener el dialogo
interno” que no es otra cosa que detener nuestras ideas de cómo vemos el mundo y como nos vemos a nosotros
mismos.
El diálogo interno no es más
que el torrente de pensamientos que está forzando a "la realidad",
para que ésta se ajuste a nuestra forma de pensar. Este es el motivo por el
cual los hombres comunes y corrientes, siempre se la pasan peleados o aburridos
con "el mundo", pues el mundo es para ellos nada más que un montón de
ideas… Don Juan Matus
La ventaja de parar el
dialogo interno es el ahorro de energía, y nos proporciona una estabilidad para
tener accesos a las otras realidades.
En seguida se pasa a la
contemplación, un estado que para R.
Assagioli es casi imposible describir y el cual comparto, hace mención que este
estado se trata de un estado de profunda identificación con aquello que se está
contemplando, un estado de absoluta tranquilidad.
Es ahí cuando por fin se
llegan a experimentar las diferentes cualidades y actividades
psico-espirituales que se desarrollan en el superconsciente, y cuyas
principales características son las siguientes:
1. Una percepción de luz, una iluminación,
sea en un sentido general, sea en el sentido de poner luz sobre un problema o
situación cuyo significado es revelado.
2. Una
sensación de paz, de una paz absoluta, independientemente de cualesquiera que
fueren las circunstancias externas o el estado interior.
3. Una
sensación de armonía y de belleza.
4. Una
sensación de alegría, de regocijo.
5. Una sensación de
potencia, del poder del espíritu.
6. Una
sensación de grandeza, de vastedad, de universalidad y de lo eterno.
(Assagioli, 1996, p 44)
Todas estas
características descritas por R. Assagioli están conectadas entre sí, y pueden
presentarse en diferentes momentos.
Assagioli hace
mención que una experiencia contemplativa de tal magnitud no puede ser
permanente y efectivamente lo relaciono con el alpinismo, ya que una vez conseguida
la cima, uno no puede quedarse ahí para toda la vida, la montaña lo sabe y uno
debe tener la voluntad de iniciar el descenso inclusive con mayor cuidado que
el propio ascenso, ya que resulta ser más peligroso y la gran mayoría de las
muertes de alpinistas han ocurrido en esta etapa.
Uno
debe haber guardo la energía suficiente para su descenso, muchas veces resulta difícil
tomar la decisión de tener que dejar aquello que costo tanto trabajo y volver a
la mundanidad, pero es parte del proceso psico-espiritual aceptar los flujos de
energía, estar preparado para volver
entrenar, para vivir días normales*, para enfrentarse con nuevos
problemas, para vivir noches oscuras y frías, el buen alpinista sabe que la
montaña le tiene preparadas nuevas sorpresas a su regreso.
Si
se está pensando en llevar a cabo actividades alpino-psico-espirituales desde
mi experiencia recomiendo total prudencia en cada acto realizado, hay que preparase
físicamente, teóricamente, y psicológicamente para realizar ascensos, cada paso
en la montaña es importante, cada paso requiere de una total concentración, ya que como el mismo Roberto Assagioli lo
menciona existen diferentes reacciones que preceden después del despertar
espiritual, algunas de ellas te atraviesan el cuerpo como un descarga eléctrica
y de las cuales te puedes recuperar, pero otras que te pueden dejar el alma
herida o te dejan con tanta energía la cual no sabes canalizar.
“Otro efecto de esta experiencia es la acción inspirada, es
decir, un potente impulso a obrar. Ante todo expresando, difundiendo,
irradiando, haciendo partícipes a los demás del tesoro descubierto y
conquistado. Después, colaborando con todos los hombres de buena voluntad y con
todos aquellos que han pasado por experiencias parecidas, a disipar las
tinieblas de la ignorancia que envuelven a la humanidad y a eliminar los
conflictos que la destruyen, para preparar el nacimiento de una nueva
civilización en la que los hombres, alegres y en concordia, llegarán a
desarrollar las maravillosas capacidades latentes con las cuales están dotados”
(Assagioli, 1996, p 44-45).
Conclusión
Cada quien tiene sus propias cimas, cada uno
sabe cual son los retos que ha dejado pendientes o que simplemente nunca han
sido tocados por falta de preparación, de motivación, este texto no trata
necesariamente de montañas, bien puede aplicarse a la búsqueda de un nuevo
empleo, la convivencia en la familia, la búsqueda de una pareja, la culminación de una carrera universitaria,
la manera en que enfrentamos una enfermedad, la manera en que nos tratamos a
nosotros mismos. Quien logre acceder al superconsciente deberá manejar de
manera inteligente la energía obtenida, saber repartirla y convertirse en un
ser que actúe libre y sin miedo.
Bibliografía
Assagioli, R. (1996) Psicosíntesis: Ser transpersonal. España:
Gaia
[1]
Guía y Chamán de Carlos Castañena autor de una serie de libros que hablan sobre
un tipo particular de nahualismo tradicional mesoamericano.
Por Salvador Gómez
El autor es el dueño del blog